Mal partido, mal parido

La Legión cayó 4-0 en el partido adeudado ante Manaos. Una derrota que la sigue colocando en zona de peligro dentro de la Permanencia. Aunque quedan partidos difíciles, el espíritu legionario apunta a quedarse en la "B", para afianzarse y comenzar a pisar fuerte.

Más allá del resultado, en el partido se dieron situaciones antifutbolísticas que notablemente agredieron el juego. Por empezar, la temprana e insólita expulsión del Tiburón dejó a los azules con uno menos a pocos minutos de iniciado el partido.

Carlos y Juampa compensaron el hombre de menos haciendo su juego, pero la ida y vuelta constante y la ausencia de Nacho en el área hizo dificultosa la conversión. Juancito no logró ser contundente y el resto del equipo se concentró en marcar y recuperar.

Si bien este Blog nunca hace incapié en los arbitrajes, en este caso particular, consideramos que fue realmente malo, contundentemente malo, a niveles de afectar las capacidades deportivas de los disputantes. Comenzó a generarse un nivel intelectual negativo en paralelo a las jugadas, situación que el juez no logró controlar, dando la sensación que cada pelota dividida podía terminar en una guerra.

El Tiburón recibe la pena máxima y no lo puede creer. Martín acude con indignación a reclamarle al juez, que ya nunca volvería a ser imparcial ni podría controlar las agresiones físicas ni verbales.

Pero con la autocrítica necesaria, hay que mencionar que La Legión sufrió goles por torpeza, cometiendo los errores que se vienen viendo en los últimos partidos, y sin la capacidad de reflotar el resultado ni herir al rival. Pero claro, el hombre de menos y el juego brusco instalado no fueron buen escenario para esta Legión lastimada.

Pero la parte matemática del fútbol dice que el equipo todavía tiene aire y la parte espiritual no se tuerce ni por casualidad. Hay un gran equipo que sólo tiene que empezar a hacer las cosas bien. Tan simple y posible como ese enunciado.

Habrá que aguantarse la ausencia de Nacho. Habrá que seguir extrañando esos piques desenfadados de Santi. Habrá que hinchar el pecho y salir con todo una vez más. Milo y Fabián vienen mostrando el camino, con entrega y potencia. Juampa y Carlos tienen el arco entre los ojos. Abracémosnos al sentimiento más profundo por la pelota, tratémosla bien, y juntos salgamos de este trance.